miércoles, 29 de agosto de 2012

A falta de fútbol, buenos son toros



   Adaptando aquel refrán español que dice que "a falta de pan, buenas son tortas", vamos a asistir a un cambio en el refranero popular, por el cual ahora se va a rebautizar como "a falta de fútbol, buenos son toros". En una nueva maniobra de distracción mediática del Gobierno de España (versus la crisis) y su corporación impuesta en RTVE, después de ver como de un plumazo han finiquitado el periodismo veraz y unos servicios informativos dignos de una televisión pública, y a falta de fútbol en abierto, que es el nuevo opio del pueblo (junto con el Sálvame y Belén Esteban), y que está en manos del imperio digital de Mediapro (el nada sospechoso de progubernamental Jaume Roures), ahora se han propuesto recuperar la gloriosa "fiesta nacional", y encima, en horario de especial protección infantil (aunque éste ya ha sido sobrepasado por el otro opio de Telecinco, también llamado Sálvame, que viola constantemente el código ético y se lo pasa por el frontispicio todos los días).
   Después de la prohibición de tan "noble arte" de tortura y asesinato animal en Catalunya (años antes en Canarias y ahora en San Sebastián), y tras haberlo prohibido en RTVE en la época ZP, sobre todo en horario infantil, la gran lucha de nuestros salvadores patrios (ésos a los que confiamos la salida de la crisis) es la de restituir, de una forma u otra, la fiesta taurina, aunque tenga que ser por vía satélite digital o como sea, o enviando a la guardia civil, si hace falta, no vaya a ser que los nobles aficionados se pierdan tal noble espectáculo.
   A pesar de que mi opinión es contraria a los toros, siempre pensé que la "fiesta" desaparecería por su propio peso, y que la prohibición, sobre todo en Catalunya, sólo sería un acicate para unos y otros, para manifestar su afecto o animadversión hacia la fiesta, y que sería motivo de controversia política entre esencialistas patrios de un lado y otro, entre aficionados y ecologistas y animalistas, pero me parece que resucitar las corridas en la televisión pública no son una prioridad nacional, y por tanto su reinstauración, y más en horario protegido, son un error y un flaco favor a la televisión pública, que ya ha perdido bastante crédito dentro y fuera de nuestras fronteras.


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